La Ley, ese texto de ficción

Alguna vez argumenté que la ley ya no es La Ley. Los legisladores están dibujados y, aunque a veces hagan méritos para ello, no todo es culpa suya. Los derechos ya no se rigen por los preceptos legales, sino por restricciones tecnológicas o manoseos judiciales cuyo objetivo no es realizar la ley sino escapar de ella.

Resulta que una joven de 19 años que debido a una discapacidad mental posee la edad madurativa de una niña de 8 años, fue violada hace unos cuantos meses. Como resultado de esa violación, la joven quedó embarazada. Su madre, anoticiada que en este caso el aborto es una práctica consentida por la legislación argentina, concurrió con su hija a un hospital público para realizar esa práctica e intentar morigerar los efectos de la tragedia familiar. Dada la claridad del precepto legal, nunca pensaron que se estaban metiendo en un laberinto jurídico sin salida.

En efecto, el artículo 85 del Código Penal de la Nación dice:

(…)
El aborto practicado por un médico diplomado con el consentimiento de la mujer encinta, no es punible:
1) si se ha hecho con el fin de evitar un peligro para la vida o la salud de la madre y si este peligro no puede ser evitado por otros medios;
2) si el embarazo proviene de una violación o de un atentado al pudor cometido sobre una mujer idiota o demente. En este caso, el consentimiento de su representante legal deberá ser requerido para el aborto.

Los médicos, pese a estar claramente facultados para practicar el aborto, no pudieron, porque una fiscal presurosa hizo una denuncia, y la Jueza Inés Siro, con argumentos increíbles, negó el derecho de la joven y de su familia. Dijo la jueza, por ejemplo, que desconocía que la joven hubiera sido violada. Es necesario hacer una aclaración adicional: el “acceso carnal”, se considera violación “cuando la persona ofendida se hallare privada de razón o de sentido” (artículo 119 inc. 2 del Código Penal). Es decir, el embarazo de una joven con retraso mental sólo puede ser resultado de una violación en la consideración de la ley. Pero la jueza insiste: “Del abuso sexual a mí no me dieron ni noticias”.

De la Jueza pasó a la Cámara, de la Cámara a la Corte. La Corte deliberó, y deliberó, y deliberó, y dictó sentencia: ratificó la letra de la ley, regañó a las instancias anteriores dado que en esas circunstancias no se requiere de autorización judicial y habilitó la práctica médica, exigiendo además al Poder Ejecutivo que atendiera las necesidades médicas y económicas de la familia, de muy escasos recursos.

Cuando la niña volvió al hospital junto a su madre para poner, al menos, un punto y aparte en su drama personal, se encontró con que, según los médicos, el aborto ya era impracticable: con cinco meses de gestación, sostienen los especialistas, ya no se trataría de un aborto sino de un parto inducido, con otros riesgos para la vida de la madre.

Conclusión 1: La niña no comprende el proceso de su propio embarazo, fruto de una violación, pero va a ser madre en pocos meses, aunque tampoco logre comprender jamás qué es lo que eso significa.

Conclusión 2: Aunque la letra de la ley sea, en este caso, clara y precisa, nadie va a llevar nunca más a su hija o familiar con retraso mental a un hospital para practicar un aborto e interrumpir un embarazo fruto de una violación. Directamente se dirigirán a sitios donde esta misma práctica se realiza de manera ilegal, en condiciones sanitarias y profesionales que muchas veces se llevan las vidas de las jóvenes que no tienen más remedio que ése.

Conclusión 3: Muy valiente ha de ser el médico que acceda a realizar un aborto en estas condiciones. Aunque la ley lo ampare y protega no tiene ninguna garantía de que los jueces actúen como la ley indica.

Una hermosura, vea. Y encima hay que bancarse a los energúmenos hablando de “un triunfo de la vida”. Parece que para algunos así se llaman la violación, la denegación de justicia, la falta de acceso a servicios de salud permitidos y previstos por la ley, y el castigo ensañado sobre la pobreza. Porque, qué duda cabe, la chiquilina no hubiera pasado por nada de esto si la miseria no fuera su triste compañera.

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4 respuestas a La Ley, ese texto de ficción

  1. Rocío M.M. dijo:

    estoy realizando un juicio en el colegio acerca del aborto y su legalizacion .. yo, estoy en el grupo “a favor del aborto” obviamente estoy casi sola
    asi que le queria comentar mi apoyo en esta fea situacion
    desde ya,

  2. Patricio dijo:

    Suerte con tu trabajo, Rocío, espero que puedas hacerte comprender, especialmente por tus compañeros.

  3. gabriela dijo:

    La penalizacion del aborto es para la gente mas necesitada. Por lo tanto es injusta. Me gusto leer tu artículo.

  4. Gabirela guadalupe dijo:

    a cuantos meses se puede practicar el aborto, y una persona de 32 años no se lease riesgoso tener hijo corre riesgo si o no

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