fútbol – Señales de humo / Thu, 29 Apr 2021 20:27:31 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.1.10 La insoportable estupidez de los relatores /2009/11/la-insoportable-estupidez-de-los-relatores/ /2009/11/la-insoportable-estupidez-de-los-relatores/#comments Sun, 29 Nov 2009 13:19:26 +0000 /?p=607 Seguir leyendo La insoportable estupidez de los relatores ]]> El fútbol para todos no tiene, seamos justos, toda la culpa. Cuando era la empresa la que transmitía los partidos me pasaba lo mismo. La diferencia es que ahora veo muchos más partidos y por ende la irritación crece de manera proporcional.

¿Habrá relatores y comentaristas de fútbol que no equivoquen los nombres de los jugadores todos el tiempo (y edifiquen sesudos análisis hablando de protagonistas que no eran), declamen con pretendida profundidad obviedades o estupideces, se contradigan a cada minuto, tan pronto cambia la suerte del partido o tan sólo la posesión de la pelota, naveguen entre la falta de profesionalidad y la burrada?

Parece que no. Por eso abogo porque las transmisiones de los partidos de fútbol se hagan sólo con sonido ambiente. Porque poner en “mudo” la tele, si bien permite gambetear al relator de turno y a su cómplice, el comentarista, también silencia el ir y venir de las hinchadas, los gritos de los jugadores, el clima del partido.

En fin. Sólo eso. No costaría nada.

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¿Fair play o boludez? /2009/02/fair-play-o-boludez/ /2009/02/fair-play-o-boludez/#comments Tue, 10 Feb 2009 23:01:21 +0000 /?p=477 Seguir leyendo ¿Fair play o boludez? ]]> Copio el título de Crítica porque es el enésimo artículo o comentario que encontré sobre esta cuestión y ha terminado por hartarme.

¿Cuál es la cuestión? El último domingo se enfrentaron dos equipos de la primera división de Argentina, Godoy Cruz y Banfield. El partido iba empatado hasta los minutos finales y de pronto hay un penal para Banfield. Lucchetti, su arquero, decide ejectutar la pena como suele ser su costumbre. El arquero de Godoy Cruz, Ibañez, contiene con maestría el remate y se queda con la pelota en su poder mientras su rival tenía el arco desguarnecido. Mientras sus compañeros le reclamaban que pusiera en juego el balón para aprovechar esa circunstancia, Ibañez opta por esperar que su colega de Banfield regresara a su arco, señalando luego que “no saqué porque me puse en el lugar de él, y por eso esperé a que llegara al otro arco”.

Opinólogos, periodistas, futboleros en general se han enzarzado en la discusión que da título a este post: ¿fue un gesto de caballerosidad deportiva o una estupidez? Otros van más allá y señalan la actitud del arquero bonachón como un acto de ética ejemplar.

No podría estar más en desacuerdo: lo de Ibañez fue una boludez insigne. Y lo del periodista de Crítica (un tal Alejandro Wall) deseando que surjan imitadores de Ibañez no puede ser sino una enorme confusión acerca de lo que significa el espíritu deportivo, la solidaridad y el respeto a las reglas.

Repasemos por un instante los hechos. Cuando Banfield decidió que el encargado de ejecutar el penal sería su arquero sabía que ello implicaba un riesgo: dejar desprotegido su propio arco. Habrán evaluado que la maestría del jugador en la ejecución de penales compensaba con creces ese riesgo. Cuando patea el penal es de suponer que dio su mejor esfuerzo para convertir el gol y que el arquero rival desplegó toda su habilidad para intentar contenerlo. Cualquier otra actitud por parte de ambos hubiera sido desleal y antideportivo.

En el momento en que Ibañez se hace del balón, el arco contrario estaba en una situación de gran vulnerabilidad debido a decisiones deportivas del equipo que debía custodiarlo, no por circunstancias inesperadas y ajenas al juego (una grave lesión, una agresión desde fuera del campo de juego, una grosera transgresión a las reglas no observada por el árbitro).

Al retener la pelota, el jugador evitó deliberadamente intentar un gol, cuando en el campo no había ningún hecho extraño al juego. Eso es una actitud antideportiva, desleal para con sus compañeros, sus rivales y los espectadores; y es una vergüenza que el arquero rival se lo haya agradecido: para un deportista cabal es una ofensa grave que el rival se deje ganar o evite hacerlo cuando tiene la oportunidad.

Nada más lejos de la caballerosidad deportiva: el fair play no resigna el espíritu de competencia. Lo de Ibañez, insisto, fue una boludez tan grande como la de quienes pretenden elevarlo a acto de ética ejemplar e inspirador.

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Haciendo leña del árbol caído /2006/07/haciendo-lena-del-arbol-caido/ /2006/07/haciendo-lena-del-arbol-caido/#comments Sat, 01 Jul 2006 21:52:34 +0000 /?p=84 Seguir leyendo Haciendo leña del árbol caído ]]> Dos diarios hay en mi mesa: uno titula “Con la frente alta” y el segundo, “Adiós con la mejor imagen”. Por supuesto, se refieren a la despedida de nuestra selección del Mundial de Alemania.

Pues bien, no lo creo así. A menos que alguien sinceramente piense que la expresión cabal de la era Pekerman haya sido el partido contra Serbia y Montenegro y no, como me parece evidente, un partido excepcional, frente a un conjunto muy débil (último puesto en este Mundial), de una selección que pese a contar con un formidable conjunto de jugadores, casi nunca brilló, sólo se destacó por el toque irrelevante y siempre se apuró a cuidar resultados parciales más cerca del arco propio que del contrario.

Pero vamos por partes: yo también me entusiasmé con la exhibición de fútbol ante Serbia y Montenegro. El Mundial había empezado con un partido timorato ante Costa de Marfil, en el que se vio lo mismo que en la parte final de las eliminatorias. Terminamos metidos en nuestra propia área chica frente a una selección que, más allá del gusto de la prensa por construir fantasmas, está en la primera B de las selecciones, y en mitad de tabla. El partido siguiente fue otro, entre otras cosas porque la diferencia entre los jugadores fue tal que no hubo forma de sujetar a un grupo de jugadores que se muere por demostrar su categoría. Particularmente: Saviola, Tevez, Ayala, Mascherano, Messi, Crespo, Cambiasso, Maxi Rodríguez, que olvidaron la obligación de entregar siempre la pelota al desganado Riquelme y felizmente se mataron, cada cual, por hacer su propio gol. Contra Holanda fue un entrenamiento para ambos, nadie se desesperó por ganar y la muestra es que hubo muy pocos tiros al arco.

Como dije antes, el segundo partido logró entusiasmarme. Es que a pesar de la insistencia casi conmovedora de un periodismo autista, nunca logré encontrar qué virtud tenía Pekerman para dirigir la selección mayor. Nuevamente, les pido que recuerden los partidos de las eliminatorias, donde tomó a un equipo prácticamente clasificado y a pesar de eso logró hacernos sufrir con un conjunto de jugadores brillantes que parecían no creer en sus propias fuerzas. Pero uno quiere creer, y esa ilusión óptica del seis a cero me tiró de cabeza a un Mundial que hasta ese momento había mirado de reojo.

Contra México sobrevolaron algunos fantasmas, pero como he dicho antes: uno quiere creer. Preferí, como todos, ignorar que un zapatazo maravilloso en el cierre del partido nos evitó los penales contra una selección que no tiene ningún pergamino relevante. Que, claro que sí, ha crecido en los últimos años. Pero la Argentina es bicampeón mundial, tiene dos subcampeonatos, es campeón olímpico; su plantel, individualmente considerado, tiene más calidad que el de Brasil. Y nos quedamos contentos porque le ganamos con susto y sufrimiento a una selección que está en el Nacional B, tratando de arañar el ascenso.

Contra Alemania jugamos mejor, dice la mayoría. ¿Seguro que fue así? Por momentos hubo dominio territorial y de control de pelota, y actuaciones individuales conmovedores (Ayala, con su jerarquía, Tevez, con su orgullo y su técnica). Pero ¿cuántas veces se pateó al arco? Cuatro, si mal no recuerdo, en noventa minutos. Eso no es jugar bien, aunque algunos pasajes hayan sido bonitos. Ganando apenas uno a cero, contra el local y favorito, y se cambia a Crespo (lesionado) por Cruz. ¿Por qué no Saviola o Messi? Porque lo único que le preocupó a Pekerman fue no perder altura en el área propia, resignando toda oportunidad ofensiva y dejando al pobre Tevez solo con su alma.

En fin. A esperar cuatro años. Aunque advierto que antes que comenzara a cicatrizar esta nueva herida futbolera, ya han comenzado las operaciones de prensa para que Diego ocupe el lugar que deja vacante Pekerman. Lo que pienso es que la magia incomparable que Diego ha regalado adentro de la cancha no ha podido demostrarla fuera de ella. Como opinar es gratis, aquí van mis cinco centavos: en el fútbol argentino no hay mejor entrenador, más capacitado ni más serio que Miguel Angel Russo.

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Rutina futbolera /2006/01/rutina-futbolera/ /2006/01/rutina-futbolera/#respond Wed, 04 Jan 2006 11:30:16 +0000 /?p=55 Seguir leyendo Rutina futbolera ]]> No hay nada más caprichoso que un hincha de fútbol.

Incluso la condición de ser hincha de uno u otro equipo es en sí misma un capricho: de haber nacido un par de cuadras más allá, haber tenido otros compañeros en los primeros años de la escuela o simplemente un padre o tío o quien fuere que haya asumido su rol de evangelizador, de otro equipo, y hoy los colores que se nos antojan los más queridos quizás merecerían nuestro desprecio.

Pero lo cierto, y lo interesante, es que a partir de esa definición construimos todo un edificio de argumentos tan caprichosos como esa elección para justificarnos en nuestra afición y repudiar a los contrarios. El devenir de partidos, torneos y campeonatos terminan haciendo evidente el carácter caprichoso de estos discursos, pero seguimos creyendo en ellos como si fueran palabra sagrada.

Por ejemplo: los hinchas de Independiente exaltan el buen juego, la destreza técnica y la estética menottista. El lema es jugar bien, arriesgar y, si es posible ganar. Ni las sucesivas desventuras del propio Menotti en su club no hicieron mella en esta convicción. Y resulta que ahora están fascinados con Falcioni, técnico amarrete si los hay, cuya táctica a lo largo del torneo Apertura 2005 consistió en defender con nueve jugadores y patear la pelota lejos para ver si la agarraba Agüero. Sin embargo, siguen haciendo gala de su paladar negro.

Los triperos siempre han sostenido que no les importaba conseguir un campeonato si eso era en base a las supuestas malas artes de las que habríamos echado mano los pincharratas cada vez que obtuvimos una Copa (la historia infantil de las alfileres, y todo ese folklore). Pero todos los que caminamos por las calles de La Plata sabemos que el deseo explícito de casi todos los hinchas de Gimnasia era que fuera cierto el rumor que daba cuenta de que alguno de sus dirigentes habría comprado el campeonato. Y a ninguno de ellos los escandalizó el bochorno del apriete grosero a los jugadores de Newell’s en el entretiempo de penúltimo partido. Pero siguen diciendo sin inmutarse que el Lobo no se mancha, que son el último bastión contra el antifútbol.

Los pincharratas también somos así: a todos nos preocupa ante todo tener una defensa aguerrida, un líbero decidido y batallador y un equipo que meta presión en toda la cancha. Pero todos nos acordamos con nostalgia del mediocampo lujoso formado por Sabella, Trobbiani y Ponce.

Hay clásicos que se repiten en todos los fanáticos, más allá del equipo que sigan. Ahora mismo escucho a pincharratas que dicen que “es hora de contratar grandes refuerzos”; son los mismos que luego se quejan de que “se está tapando a los pibes de las inferiores”, y que a su vez son los mismos que antes no tuvieron ninguna paciencia para los jugadores que hacían sus primeros minutos en primera -y que no la va a tener en el futuro. Y que en cuanto surja una “gran contratación” clamarán a los cuatro vientos que se está dilapidando el dinero del club con ese muerto que ya está de vuelta.

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Problema gordo con los vecinos /2005/02/problema-gordo-con-los-vecinos/ /2005/02/problema-gordo-con-los-vecinos/#comments Mon, 30 Nov -0001 00:00:00 +0000 /index.php/2005/02/17/problema-gordo-con-los-vecinos/ Seguir leyendo Problema gordo con los vecinos ]]> El presidente del club Gimnasia ha lanzado una bomba: está tratando de convencer al Diego para que trabaje en la institución que preside.

El gordo anda por estos días en Cartagena, tratando de aliviar alguno de sus pesares físicos y buscando, desde hace muchos años, un nuevo motivo para vivir del otro lado de la línea de cal.

La dimensión humanitaria del gesto que ha hecho el señor presidente de los triperos es encomiable, aunque dudo que haya tenido esa intención. Para quien no recorre las calles de La Plata, es difícil entender los avatares de un club que ha crecido con la ciudad.

Porque aunque no merezca mis simpatías futbolísticas, el Club Gimnasia y Esgrima de La Plata, es una institución señera que forma parte indisoluble de la historia y la vida de la ciudad, y que un grupo de improvisados de gruesa billetera se hayan hecho cargo de su destino, da pena. Hasta para un picharrata como quien esto escribe.

Personaje curioso, el señor Muñoz recuerda el triste paso por la presidencia de Racing Club de Avellaneda de un tal Lalín, dueños ambos de fortunas inciertas tanto por su volumen como por su origen, menemistas confesos -tal parece ser la marca de agua de estos ejemplares-, prometieron el oro y el moro a sus asociados, y si uno dejó en la ruina a su institución, el otro está haciendo todo lo posible para lograrlo.

Este señor arrancó patoteando a sus empleados en público, siguió con atropellos varios a sus deportistas -de fútbol y de basquet-, y termina intentando disimular la falta de estrellas deportivas, glorias y campeonatos -prometidas en su plataforma electoral- apelando al brillo de gambetas pasadas y nostalgia futbolera.

Y yo, que quisiera estar cargando a mis vecinos y amigos triperos, siento tanta pena que no tengo ánimos para burlarme del pesar ajeno.

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