Personal – Señales de humo / Thu, 29 Apr 2021 20:27:31 +0000 es hourly 1 https://wordpress.org/?v=5.1.10 Gin tonic /2017/01/gin-tonic/ /2017/01/gin-tonic/#comments Sat, 07 Jan 2017 13:13:36 +0000 /?p=916 Seguir leyendo Gin tonic ]]>
Sabino Díez, foto de El Comercio.

Sabino Díez es el barman estrella de los premios Princesa de Asturias. Dice que cuando conoce a una persona, sabe qué trago debe prepararle. En mi caso, prepararía un gin tonic especial, según indicó sin dudar ni un instante cuando le pregunté.

Estábamos en el enorme vestíbulo del Hotel de la Reconquista, la mañana de la ceremonia de entrega de los premios Princesa de Asturias 2015. El diario El Comercio le había dedicado a Sabino la contratapa y en cuanto se acercó aproveché para felicitarlo. Lo vi conmovido, y me contó una anécdota de un familiar (un hermano quizás, pero mi memoria me falla en este punto). Su, digamos, hermano, es odontólogo, pero además tiene afición por la pintura y suele realizar retratos. Pero es incapaz de pintar un rostro si antes no se toma un tiempo para conocer al retratado. “Me sucede lo mismo con las bebidas”, me dijo entonces Sabino, “me apasiona mi profesión, y lo que más me gusta es que cuando logro conocer a alguien, de inmediato sé qué bebida debo prepararle”.

Por supuesto, de inmediato le pregunté cuál era mi bebida, y contestó “un gin tonic”, justificando su elección con adjetivos laudatorios que me identificaban, según Sabino, con esa bebida. Tendré el pudor de no repetirlos aquí.

Volví a encontrar a Sabino en la entrega de premios del 2016. Nos saludamos efusivamente y le recité la receta de aquél gin tonic. Sabino es la hospitalidad hecha persona, se emocionó por el hecho de que yo lo recordara tanto a él como a la bebida que me había dedicado, y, por supuesto, volvió a batir la coctelera para convidarme una copa.


Este gin tonic se hace con gin Mombasa, agua tónica 1724 (“por sus burbujas pequeñas y su dejo a mandarina”), láminas finas de manzana verde y jengibre; todo ello batido en coctelera con hielo y decorado al servir con una lámina de manzana.

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¿Ciudad del futuro? /2016/02/ciudad-del-futuro/ /2016/02/ciudad-del-futuro/#respond Sat, 20 Feb 2016 15:21:41 +0000 /?p=878 Seguir leyendo ¿Ciudad del futuro? ]]> Sello postal conmemorativo del centenario de la fundación de La Plata
Sello postal conmemorativo del centenario de la fundación de La Plata

Los platenses tenemos impresas en nuestros genes las ideas de modernidad, de progreso, de futuro. La novedad de que una ciudad se podía construir a partir de una idea dibujada en un plano y no sobre la acumulación fortuita y caótica de vecindades quizás sea el origen de esta seña de identidad.

También contribuyó el espíritu higienista y racional de la época, personalizado en Pedro Benoit y en el trazado simétrico de la nueva urbe, con amplias calles y avenidas, parques y plazas dispuestos a intervalos regulares, y diagonales que desde siempre los lugareños entendimos como atajo y los extranjeros como laberinto.

La inauguración del alumbrado eléctrico en 1886 -primera ciudad en Sudamérica en contar con ese servicio-, o los experimentos para propulsar el tranvía con electricidad en 1892, y la obtención de la medalla dorada en la categoría “Ciudad del Futuro” en la Exposición Universal de París de 1889 también contribuyeron a fortalecer la imagen innovadora que los platenses tenemos de nuestra propia ciudad.

Lo cierto es que más acá de esas marcas tan lejanas en el tiempo y tan vinculadas al nacimiento de la ciudad, poco hemos hecho los platenses para seguir mereciendo nuestra propia fantasía de ciudad modelo. La destrucción del transporte público que comenzó con el desmantelamiento del tranvía en la década del 60 pero se profundizó ya entrado el siglo 21, el crecimiento caótico de la periferia, las políticas erráticas de planificación urbana, el tránsito vehicular desbordado que hace que nuestras calles sean de las más peligrosas del país si miramos las estadísticas de accidentes de tránsito con lesiones graves y muertes, la peśima calidad en la provisión de los servicios básicos, entre otros, han dejado a la ciudad del futuro en la categoría de mito fundacional del que, a pesar de todo, todavía alardeamos.

En este contexto, se producen debates incomprensibles. En todo el mundo, una de las principales tendencias vinculada a la mejora de los ámbitos urbanos está relacionada con la ampliación de la superficie del espacio público destinado a la circulación de peatones, ciclistas y transporte masivo de pasajeros, en detrimento de la circulación de vehículos particulares cuyo uso se desalienta de manera creciente. En La Plata, hace una semana que venimos observando una discusión absurda por la eliminación de cuatro o cinco sitios de estacionamiento debido a la ampliación de una vereda en una de las zonas con mayor tránsito peatonal.

Para calificar esta pretensión se han utilizado adjetivos tales como “disparate”, “atropello” y “mamarracho”. ¿Defender cuatro o cinco espacios de estacionamiento vale el empleo de semejantes calificativos? ¿Puede alguien construir una épica por la defensa de un lugar para estacionar vehículos particulares?

Pero no termina allí el pretendido disparate: la ampliación de la vereda se realiza en el frente de un establecimiento educativo: la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional de La Plata.

Es importante señalar que quienes se escandalizan no sólo priorizan un puñado de espacios de estacionamiento por sobre la seguridad y comodidad de los peatones, incluyendo los miles de jóvenes que cursan sus estudios, sino que además el estacionamiento en ese sitio está claramente prohibido por la legislación vigente: “No se debe estacionar ni autorizarse el mismo […] Frente a la puerta de hospitales, escuelas y otros servicios públicos, hasta diez metros a cada lado de ellos, salvo los vehículos relacionados a la función del establecimiento […]” señala sin ninguna ambigüedad el Decreto Provincial 40/07, así como la Ley Nacional 24.449.

¿Es acaso la primera vez que algo así sucede en la ciudad de La Plata, y por eso tanta consternación? En absoluto, en calle 8 de 46 a 51 y calle 12 de 54 a 60, por citar los dos ejemplos más emblemáticos, se ha realizado la misma operación de ampliación de veredas a expensas del estacionamiento vehicular, de manera mucho más extendida, con obvios beneficios tanto para los peatones como para la actividad comercial. También existen los ejemplos contrarios: veredas que se han reducido para priorizar a los vehículos particulares, en una operación que sí debería ser considerada ridícula y escandalosa: en hoteles, escuelas privadas y oficinas públicas que no voy a tomarme el trabajo de enumerar pero que están a la vista de todos.

Mucho se insiste en que no sólo se quitan estacionamientos, también se restaría espacio para la circulación vehicular. Nada más falso: en todo caso eso sucede por el estacionamiento irregular de taxistas y particulares que antes se hacía en doble fila y ahora junto a la nueva vereda. Nada ha cambiado en ese sentido. Y vale recordar que la parada de taxis se encuentra a la izquierda de manera excepcional y provisoria hasta la finalización de las obras que se están realizando sobre la derecha.

Los indignados la han llamado “vereda VIP”. Lo que suelo observar es que la mayor parte de los transeúntes que la utilizan son estudiantes universitarios, jubilados que van a cobrar su pensión al Banco Nación y personas de condición humilde que también se acercan al Banco a retirar su ayuda social. Enhorabuena que a todos ellos se los considere “personas muy importantes”.

A menos que decidamos ir de manera definitiva por el camino que señala uno de los lectores que comenta en la nota del 19 de febrero del diario “El Día”: “… en estos tiempos que el parque automotor como la ciudadanìa aumentó en forma desproporcionada, se debería sacar a todas las veredas de la ciudad 2 metros…”. Hagámoslo, y entonces, de una vez y para siempre, desterremos de nuestra identidad platense la fantasía hipócrita de ciudad modelo.

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De cuartos y de hoteles /2010/11/de-cuartos-y-de-hoteles/ /2010/11/de-cuartos-y-de-hoteles/#respond Mon, 01 Nov 2010 22:44:26 +0000 /?p=629 Seguir leyendo De cuartos y de hoteles ]]> Los diseñadores de cuartos de hoteles deberían dormir en sus propias creaciones. Quizás de esa manera se darían cuenta que resulta inconveniente poner el enchufe más cercano a la cabecera de la cama a unos tres metros de distancia de la misma.

Imposible, por ejemplo, recargar el celular (tarea propia de las horas de sueño) y utilizarlo al mismo tiempo de despertador.

Claro, uno puede pedir en la recepción que lo llamen por teléfono a la hora señalada, pero es que el teléfono se encuentra a cuatro metros de la almohada, en un coqueto escritorio. No es solución.

El hotel del que hablo ofrece internet en las habitaciones, pero por algún designio incomprensible (pero lo he visto en otros, de manera que lo de incomprensible es para mí y evidentemente no para los hoteleros), no hay wifi sino cable de red. Este cable mide 1,20 metros y se encuentra enchufado a un router bajo el estante que sostiene el televisor. Es decir, cerca de los pies de la cama, Imposible acostarse mientras se leen las noticias (atrasadas) de la patria. Eso no es tan grave: sí lo es que hay un escritorio, a unos 2 metros del televisor: por más que uno esté tentado de estirar el cable, nunca llegarán a estar juntos, mesa y computadora. Trabajar con la netbook en ese escritorio y estar conectado son dos tareas incompatibles.

El resultado es que uno termina sentado en el piso, usando la pared como respaldo, para poder utilizar el servicio de internet.

Hay un extraño capricho con los enchufes en este hotel que no se agota en esos ejemplos: para enchufar la netbook cerca del router, hay que desconectar el televisor o el router. La alternativa es utilizar un enchufe cerca de la puerta, para lo que hay que rodear el armario y una pared divisoria. La netbook queda entonces tironeada cual Tupac Amaru entre dos cables que llevan direcciones opuestas y la opción de sentarse en el piso con la pared de respaldo ya es un lujo del pasado: hay que mirar la pared y sentarse en posición de loto cual aprendiz de Siddharta Kiwi.

Eso con los enchufes e internet. Del baño no diré una palabra: quizás esa mezcla de cabina telefónica, armario de plástico y nave espacial sea un signo de la modernidad y no quiero quedar como un viejo nabo si lo critico.

Ah, se trata del coqueto Hotel Allegra en el centro de Berlín.

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Umami… ¿con qué se come eso? /2009/01/umami-con-que-se-come-eso/ /2009/01/umami-con-que-se-come-eso/#comments Tue, 27 Jan 2009 21:13:29 +0000 /?p=424 Seguir leyendo Umami… ¿con qué se come eso? ]]> La Wikipedia requiere de un mantenimiento constante para ser una enciclopedia y no una caótica colección de páginas sin sentido ni orden. A cada instante, decenas de wikipedistas (o cientos o quizás miles si consideramos todas las versiones en los más de 260 idiomas que tiene Wikipedia) verifican que las nuevas ediciones aporten contenido relevante, corrigen u ordenan el nuevo contenido si es necesario, o marcan con un cartelito que dice “destruir” las entradas que no se ajustan a los mínimos estándares que establece la comunidad.

Los bibliotecarios son quienes deben ejecutar ese “destruir”. Pero a veces sucede que el bibliotecario no comparte el criterio de su colega, y rescata el artículo que se había enviado a la hoguera. Estas diferencias de criterios son tan viejas como la propia Wikipedia: los debates entre inclusionistas versus delecionistas son constantes, aunque los contornos de cada grupo cambian con el tiempo. Cuando fui electo bibliotecario me consideraba un delecionista a ultranza pero hoy suele haber tanta avidez por borrar que supongo que me he cambiado de vereda (o quizás es que las veredas han cambiado de lugar). Es así que suelo encontrarme con artículos marcados para borrar que, sin ser grandes artículos, cumplen con todos los requisitos de un buen esbozo.

Uno de los últimos artículos que he rescatado de la guillotina fue umami. Como se trata de una palabra japonesa (うま味) que significa “sabroso”, un wikipedista entendió que el artículo se limitaba a traducir una expresión en otro idioma. Obviamente, la Wikipedia no es un diccionario bilingüe. Pero la entrada no era una mera traducción.

Umami viene a completar el catálogo de gustos básicos, junto a salado, dulce, amargo y ácido. No es casualidad que se identifique con una palabra japonesa, ya que en Asia muchos alimentos tradicionales tienen gusto umami: la salsa de soja o algunas especies de algas. Pero también es umami el queso parmesano, por ejemplo.

Fue a principios de siglo que el fisiólogo japonés Kikunae Ikeda identificó ese sabor, y su hallazgo fue ratificado un siglo después por investigadores de la Universidad de California que distinguieron cinco tipos de células receptoras del gusto, cada uno de ellos especializado en uno de los sabores básicos, incluyendo el umami.

Los alimentos umami son ricos en ácido glutámico, un aminoácido clave para muchos seres vivos, entre ellos nosotros mismos.

Pero todo esto no es más que una excusa para compartir una receta sencilla de chop suey, un popular plato al estilo chino, que al estar condimentado casi exclusivamente con salsa de soja (además de unas ralladuras de jengibre), es una comida umami:

Ingredientes (para dos personas):

  • Un morrón colorado.
  • Dos o tres zanahorias medianas.
  • Un pepino
  • Una cebolla mediana (si es cebolla colorada, mejor)
  • Un puñado de champiñones
  • Un puñado de brotes de soja
  • 400 500 gr. de pechugas y/o muslo de pollo (subo la cantidad: temo que te quedes con hambre)
  • 100 gr. de jengibre
  • Salsa de soja a gusto

Preparación:

  • Cortar el pollo en tiritas y marinarlo con un poco (muy poco) de vino blanco y el jengibre rallado.
  • Mientras dejas reposar el pollo, corta en tiritas finas las zanahorias, el morrón y la cáscara del pepino.
  • Calentar a fuego fuerte un poco de aceite en un wok, y agregar el pollo. Debes saltear el pollo a fuego fuerte moviendo de manera constante el wok.
  • Retirar cuando comience a dorarse y volver a calentar un poco de aceite en el mismo wok. Saltear las zanahorias, cuando comiencen a dorarse agregar el pepino, a continuación el morrón y finalmente la cebolla cortada en juliana.
  • Agregar el pollo y los champiñones, la salsa de soja y finalmente los brotes de soja. Si no se va a comer inmediatamente, debe reducirse el fuego al mínimo y tapar el wok

Chop suey significa “mezcla sabrosa”: como su nombre insinúa, no hay una receta única. Puede hacerse de pollo, de carne de vaca, de cerdo, de pescado. Pueden variarse a placer los vegetales. Pero les aseguro que esta versión es muy rica. Eso sí, asegúrense de utilizar pepinos bien frescos (y sólo la cáscara). De otra manera pueden desprender un sabor muy amargo que les arruinará el plato.

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Ciudad de la furia /2008/04/ciudad-de-la-furia/ /2008/04/ciudad-de-la-furia/#comments Tue, 08 Apr 2008 17:26:09 +0000 /?p=262 Seguir leyendo Ciudad de la furia ]]> Tlalpan

Las callecitas de Tlalpan, en la zona sur de la ciudad de México, combinan antiguos empedrados, vivos colores, ventanas y rejas que sobreviven a líneas hispanas de un pasado remoto, altísimos muros que se prolongan con alambrados electrificados, sombríos portones de hierro y ominosos rollos de púas que sorprenden al caminante desprevenido.

Escribo sobre Tlalpan, cuyo hermoso zócalo, su antigua Iglesia y los frescos que engalanan el edificio de la Delegación casi que lo redimen, pero podría referirme a cualquier colonia suburbana de México DF o a otra metrópolis de esta región del mundo, tal parece ser la tendencia de las grandes ciudades latinoamericanas.

Detrás de esos portones de hierro quizás haya un lujoso condominio, quizás una más humilde vecindad fortificada, lo cierto es que esos muros imponentes coronados de espinas de metal son a veces el único paisaje que flanquea las veredas estrechas.

Intentando una descripción adecuada y sintética, mencioné la idea de una “ciudad amurallada”. Mi anfitrión, antropólogo experto, me dijo al pasar que sabía de un libro así titulado, que intentaba escrutar el fenómeno de sociedades cada vez más violentas, inseguras y aisladas. Sin embargo, se me ocurre que no es la metáfora más feliz: lo que se encuentra amurallado son las casas, el espacio privado; mientras que por el espacio público, la ciudad, circula una amenaza feroz que justifica la altura de los muros, las cercas electrificadas, los rollos de púas, los guardas de seguridad tras los portones de hierro.

A la luz del día es difícil imaginar esos demonios contra los que toda protección parece poca. Y no puedo evitar recordar esas películas de vampiros que invadían las calles con la noche, obligando a los habitantes a refugiarse en sus casas, trancar las puertas y esperar aterrorizados la llegada del nuevo día.

Los peligros modernos portan rasgos atávicos, ancestrales. Quién sabe cuánto deberá pasar para que el espacio que comienza más allá de los muros de las casas vuelva a ser realmente público.

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Carl Sagan, SETI, IAR y recuerdos de la infancia /2008/01/carl-sagan-seti-iar-y-recuerdos-de-la-infancia/ /2008/01/carl-sagan-seti-iar-y-recuerdos-de-la-infancia/#comments Wed, 30 Jan 2008 14:39:43 +0000 /2008/01/30/carl-sagan-seti-iar-y-recuerdos-de-la-infancia/ Seguir leyendo Carl Sagan, SETI, IAR y recuerdos de la infancia ]]> iar

Hace alrededor de veinticinco años conocí el Instituto Argentino de Radioastronomía. Se trata de una estación científica en un campo de varias hectáreas escondido en el Parque Pereyra, cerca de la localidad platense de Villa Elisa.

En ese entonces, uno de mis compañeros en el equipo de atletismo era el hijo del responsable del predio, y en algunas ocasiones nos reuníamos en el IAR donde era habitual ceder a la tentación de trepar por las estructuras tubulares de la enormes antenas parabólicas que apuntan siempre hacia el cielo. Para nosotros, antes que un centro científico era un magnífico parque de diversiones

Recuerdo estos episodios de antaño porque el IAR ha vuelto a ser noticia: en la notas que a manera de adelanto va publicando el futuro diario Crítica, Federico Kukso ha escrito un artículo acerca de las búsquedas de señales de vida extraterrestre en las que el IAR participa desde hace décadas.

Efectivamente: el IAR participa del proyecto SETI (Search for Extraterrestrial Intelligence) desde 1989, pero ya en 1986 entre sus líneas de trabajo estaba la búsqueda de indicios de vida inteligente extraterrestre.

A partir del convenio firmado el 4 de mayo de 1989 con la Sociedad Planetaria de EEUU, el IAR recibió equipo sumamente sofisticado y construyó, junto a la Universidad de Harvard, un analizador espectral de 8,4 millones de canales llamado META (Megachannell ExtraTerrestrial Assay).

Desde 1990, año en que fue finalmente instalado el META, uno de los dos radiotelescopios del IAR fue utilizado 12 horas por día para la búsqueda de señales de radio que pudieran estar originadas en otras civilizaciones de nuestra galaxia.

En el cielo del hemisferio sur se encuentra el centro de la Via Láctea, que es donde existe la mayor densidad de estrellas (100 millones de estrellas por cada grado cuadrado de arco), además de galaxias más cercanas como las Nubes de Magallanes y alrededor de 200 estrellas cercanas con características similares al Sol. Este observatorio de vida extraterrestre es único en este hemisferio.

En el sitio del IAR se reportaron 19 señales con características propias de un origen inteligente, que se suman a otras 37 reportadas desde el observatorio de Harvard.

La noticia es que el proyecto META ha estado varios años inactivo por falta de presupuesto, pero parece reactivarse con nuevos financiamientos y con la inauguración de un nuevo espectómetro que analizará 256 millones de canales en lugar de los 8,4 del META original.

La Sociedad Planetaria, que impulsa y financia en parte el proyecto, fue fundada por Carl Sagan, aquél científico y divulgador que ha acompañado -e inspirado- a toda una generación con su serie Cosmos. No dudo que Sagan estaría contento con este relanzamiento: hasta lo imagino explicando los fundamentos del proyecto con esas metáforas nítidas y exactas con que abría cada programa.

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Como dar de baja un servicio CTI Móvil sin morir en el intento /2008/01/como-dar-de-baja-un-servicio-cti-movil-sin-morir-en-el-intento/ /2008/01/como-dar-de-baja-un-servicio-cti-movil-sin-morir-en-el-intento/#comments Wed, 02 Jan 2008 17:40:20 +0000 /2008/01/02/como-dar-de-baja-un-servicio-cti-movil-sin-morir-en-el-intento/ Seguir leyendo Como dar de baja un servicio CTI Móvil sin morir en el intento ]]> Quizás el CTI del título podría cambiarse por el de cualquier operador de telefonía celular: si uno revisa las estadísticas de la Subsecretaría de Defensa del Consumidor encontrará que el rubro es una de las estrellas de todos los rankings de reclamos.

Sin embargo, mi experiencia concreta ha sido con CTI: luego de meses de intentar dar de baja un servicio de telefonía celular, finalmente lo he logrado. Para que otras personas eviten perder el tiempo y el dinero que yo he perdido, es que escribo este artículo cuyo consejo básico es: envíen una Carta Documento. Cualquier otra vía sólo demora el trámite, aumenta el costo del mismo (porque mientras no se produce la baja hay que seguir pagando) y multiplica la frustración.

La aventura comenzó cuando decidí cancelar mi servicio CTI debido a que había dejado de utilizarlo. Tenía un abono económico de $36,35 (precio final) y siguiendo las instrucciones llamé al servicio de atención al cliente para proceder con la baja.

La primer dificultad fue que la persona que me atendió evitaba aceptar la solicitud de baja del servicio. Ofrecía otros abonos más convenientes, sugería pasar el servicio a una modalidad sin abono (con carga de crédito mediante tarjetas), insistía en que le explicara los motivos de la solicitud. Mientras tanto se resistía a dar curso a mi pedido aunque con toda claridad le expliqué que no me interesaba coleccionar cuentas de telefonía celular por más que no tuviera costo fijo alguno.

Por unos minutos contesté con paciencia: uno sabe que el operador está entrenado para eso y que le pagan para retener clientes, no para facilitarles su salida. Pero también hay un límite para la paciencia de cualquiera, que se agota cuando la insistencia del operador alcanza la línea de la falta de respeto. En fin, que al cabo de un rato, accedió a tomar el pedido y me indicó que a los pocos días me llamarían para confirmar la baja. Le aclaré que no necesitaba confirmación alguna, y luego del saludo de cortesía, colgué con la satisfacción de haber logrado mi objetivo, no sin algo de fatiga e irritación.

A fin de ese mes, llegó, como siempre, la factura por el servicio a mi casa. La pagué pensando que ésa sería la última. Sin embargo, un mes más tarde vuelve a visitarme el cartero con el sobre blanco y naranja de CTI. No era un saludo de despedida por el tiempo que fui su cliente: era una nueva factura.

Por supuesto, llamé al servicio de atención al cliente nuevamente. La persona que me atendió esa vez me indicó que era yo quien debía llamar para confirmar la baja del servicio, y que como no había confirmado, no habían procesado la solicitud. “¿Acaso, como reza un mensaje automático previo a la respuesta del operador, no graban los mensajes?”, pregunté. “¿Acaso no fui absolutamente claro con mi solicitud de baja?” Si alguien necesitaba una confirmación seguramente no era yo. No pudimos ponernos de acuerdo sobre ese punto. Respiré profundo y decidí ignorar la burla evidente (no digo del operador, pero sí del procedimiento) para concentrarme en lograr que procedieran a la baja efectiva del servicio.

Nuevamente tuve una larga conversación con el operador, quien una vez más hacía todos los esfuerzos imaginables por esquivar mi pedido. “¿Por qué no lo pasa a un servicio con tarjeta? ¿No está interesado en un abono diferente? Le ofrecemos transferir el servicio a otra persona…”. Finalmente accedió a tratar mi pedido, pero a condición de que volviera a llamar en un determinado día y horario para confirmarlo. Le pedí entonces otro mecanismo: me indicó que tenía que enviar una carta simple por Correo a un apartado postal antes del cierre del período de facturación.

Si mi voluntad claramente expresada en una conversación grabada en la que me pedían infinidad de datos personales para poder chequear mi identidad no era suficiente, ¿qué garantías tenía con el envío de una carta simple que ni siquiera me permite probar que se haya entregado?

Decidí volver a llamar. Pese a que le indiqué al operador que evitáramos cualquier opción que no fuera dar de baja el servicio, tuve que pasar de manera obligada por el repaso de las alternativas que ya me habían ofrecido hasta el hartazgo. Me dijo en esa oportunidad que no era una carta simple, sino un formulario que debía completar en el Correo Argentino. Me pareció más razonable, y en cuanto pude hacerme de unos minutos fuera del trabajo me acerqué a una sucursal del Correo para intentar terminar este trámite ya tedioso. Sin embargo, en el Correo Argentino desconocían que existiera un formulario semejante o convenio alguno con la empresa CTI.

En ese momento decidí rendirme. Para esto, entre idas y vueltas ya había perdido un mes más y volví a regalarle $36,35 a CTI Móvil. Busqué entonces un formulario de Carta Documento y escribí a mano un escueto:

Por medio de la presente solicito a Ustedes la cancelación y baja inmediata del servicio correspondiente a la línea xxxx-xxxxxxx de la que soy titular, por motivos particulares.

Pagué los $28,50 correspondientes y la envié con la esperanza de iniciar mi 2008 sin CTI entre mis prestadores. Hoy, 2 de enero, cuando vi el fatídico sobre naranja y blanco bajo la puerta de mi casa, pensé que ni la Carta Documento había sido eficaz. Sin embargo, la factura me ha llegado con importe $ 0,00, con lo que supongo será la última que me llegue.

Como no quiero consolarme tontamente a costa del mal de muchos, reitero mi consejo: en lugar de regalar dinero a su empresa de telefonía celular, invierta una sola vez en una Carta Documento. Además de plata, ahorrará disgustos.

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Quema de muñecos /2008/01/quema-de-munecos/ /2008/01/quema-de-munecos/#comments Tue, 01 Jan 2008 19:15:48 +0000 /2008/01/01/quema-de-munecos/ Seguir leyendo Quema de muñecos ]]> Muñecos 2007
Foto de Beatriz Lorente

En La Plata, respondiendo a una tradición que ocupa varias décadas de la joven historia de la ciudad, miles de personas se movilizan durante el mes de diciembre para construir muñecos o aún complejas escenografías, que arderán en las llamas durante las primeras horas del año nuevo.

Hay quienes vinculan esta costumbre con las Fallas que se celebran cada 19 de marzo en Valencia en honor a San José o a los ninots de las Hogueras de San Juan. Sea cual fuere su origen, se ha convertido en una curiosa celebración con características propias que engalana cada barrio.

Hay muñecos que se perfeccionan cada año y que esconden en su equipo de constructores a artistas plásticos, escenógrafos, arquitectos. Otros, más modestos, son construidos por grupos de niños y jóvenes menos ambiciosos pero igual de entusiastas. Hasta los hay mínimos, de no más de un metro de altura, que representan quizás a una familia que ha decidido tener su propia quema.

Hay también temporadas que marcan la quema: este año ha sido pródigo en personajes de ficción. Hay oportunidades en que los sucesos deportivos condicionan severamente la elección, y los muñecos pasan a representar los triunfos o los fracasos del año. Otras veces la crisis económica o la situación política se hace presente en las figuras: en 2001 personajes como el ex Ministro de Economía Domingo Cavallo o los ex Presidentes Fernando de la Rúa o Carlos Menem engalanaban casi todas las esquinas para ser entregados a las llamas rituales, en una ceremonia que pretendía enterrar en las cenizas del año viejo las frustraciones de toda una década.

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Reportaje: Radio France International /2007/12/reportaje-radio-france-international/ /2007/12/reportaje-radio-france-international/#respond Mon, 10 Dec 2007 22:23:00 +0000 /2007/12/10/reportaje-radio-france-international/ Casi por casualidad encontré una entrevista sobre la confiabilidad de Wikipedia que Asbel López, de Radio France International, me hizo el 1° de septiembre, el mismo día que nacía Wikimedia Argentina

[audio:MULTIMEDIA_20070905.mp3]

Allí me refiero en particular al artículo “Quién repara la Wikipedia”.

PD: el podcast de la entrevista, powered by Audio Player.

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Clase de tango /2007/12/clase-de-tango/ /2007/12/clase-de-tango/#comments Fri, 07 Dec 2007 00:45:59 +0000 /2007/12/06/clase-de-tango/ Seguir leyendo Clase de tango ]]> Cuando el lider del grupo Guardia Tanguera señaló que debíamos olvidarnos del “paso básico”, debo confesar que me sentí aliviado: el “paso básico” en el tango es una figura que consta de ocho pasos, por más básico que sea se empeña en enredar la piernas torpes de este servidor y fracasa antes de comenzar todo intento de recibirme de porteño.

Pero esta vez, en el patio del rectorado de la Universidad Nacional de La Plata, el profe arrancó derribando un mito: “El paso básico”, dijo, “no es obligatorio, es sólo una figura más de las que hay tantas en el tango. De hecho”, agregó, “es muy difícil utilizar el paso básico en una milonga concurrida: uno suele estar más concentrado en no chocar con otras parejas”.

“Magnífico”, pensé, “esto es tango real y no mera coreografía”, como si ése hubiera sido el motivo de anteriores fracasos y no mi infinita torpeza. Algunos años atrás un profesor de tango me había largado un discurso indignado donde daba cuenta de las diferencias entre el tango y el feminismo. Parece que en mi frustrado intento de realizar la maldita coreografía del paso básico no caía en la cuenta que relegaba la conducción en mi pareja… y eso, en el tango, es crimen imperdonable.

El tipo insistió: “lo único imprescindible para bailar tango es saber caminar el salón”. Y a partir de allí comenzó a dar instrucciones simples seguidas de ejercicios donde se ponían en práctica esas sencillas instrucciones. Pero lo realmente curioso es que a la media hora me encontraba bailando tango -pobremente, claro, pero tango al fin.

Guardia Tanguera es una asociación que disfruta con esto del tango -bailando y enseñando- y suelen encontrarse dando clases gratis o a la gorra en distintos lugares de La Plata, recomiendo mirar en todo caso los suplementos de cultura y espectáculos de los diarios locales. Especialmente recomendado para torpes y tímidos.

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