El gobierno alemán rechazó la posibilidad implementar medidas similares a las previstas en los llamados acuerdos Oliviennes (en Francia) porque “sería incompatible con la legislación alemana sobre la privacidad de la información y las telecomunicaciones”, según le habría indicado la Ministra de Justicia alemana Brigitte Zypries a las mayores empresas proveedoras de internet de ese país.
Las organizaciones de gestión de derechos de autor se mostraron perplejas ante la explicación: el resguardo de la información personal o la garantía de privacidad de las comunicaciones se les antojan cuestiones de escasa relevancia, por ello insisten en un modelo que implica monitorear el tráfico de internet para perseguir el intercambio de obras protegidas por derechos de autor.
Stefan Michalk, gerente de la Bundesverband Musikindustrie en Berlin, lo enfatizaba diciendo: “desafortunadamente, Alemania es el único país en el que no estamos haciendo ningún progreso (para establecer este tipo de controles)”.
Desafortunadamente, diría yo, son demasiado los que avanzan en esa dirección atropellando derechos civiles en su camino.