Hace varios meses comenté la iniciativa de Google llamada Knol. En aquél momento, con algo de timidez, saludaba esta iniciativa por utilizar licencias libres, y evitaba mencionar algunas dudas y temores, en línea con el precepto wikipédico que indica presume buena fe.
Sobre todo, evité mencionar dos temores:
- Que Google favoreciera a su nuevo emprendimiento de manera evidente en las búsquedas, sacrificando su característica de mayor prestigio y lo que la distinguió de otros buscadores en sus inicios.
- Que Knol sólo sirviera para que mucha gente saliera con la tijera a copiar y pegar de otros sitios, negando autorías y violando restricciones impuestas por otras licencias.
Cuando surgió Google, los buscadores de aquél entonces no hacían ningún análisis de relevancia para ordenar los resultados de su búsqueda. Simplemente mostraban en primer lugar a los que pagaban y al resto en el orden en que los habían encontrado. Buscar algo en internet era una pesadilla.
Google cambió internet y cambió para siempre los buscadores: utilizó un algoritmo basado en un concepto muy innovador para la época, llamado PageRank, que cuenta la cantidad de enlaces que recibe una página desde otros sitios de internet. Por supuesto, no es el único criterio utilizado, pero es la base de Google y lo que permite un orden a veces mejor, a veces no tanto, pero siempre objetivo.
Knol parece haber cambiado eso. Su lanzamiento público fue el 27 de julio, un día después, según algunos análisis, un tercio de las búsquedas que involucraban artículo de Knol ya estaban en las primeras posiciones de los resultados.
¿Cuál es el problema?, se preguntará más de uno. Pues bien, Google ostenta un posición casi monopólica en los buscadores de la web. Desde esa posición está en condiciones de direccionar casi todo el tráfico, lo que implica controlar la información. En condiciones monopólicas, sólo un buscador con algoritmos públicos que pueda testearse por implementaciones independientes puede dar certeza de no estar manipulando resultados, pero todos los intentos (por ejemplo, Wikia Search) están aún muy inmaduros.
El segundo problema consiste en la invitación a cortar y pegar, violando autorías y licencias en esa aventura. Knol lleva dos días y una enorme cantidad de sus artículos son de la Wikipedia, pero la gran mayoría no están licenciados con la GFDL, no hay un reconocimiento a sus autores y ni siquiera hay una mención a la fuente. En el colmo del ridículo, ¡hasta el artículo sobre la Wikipedia está plagiado de la Wikipedia!
Quizás todo esto sea parte de la etapa de puesta en marcha: sin embargo son señales inquietantes. Y la presunción de buena fe se hace una tarea de lo más difícil.
Quizá dentro de unos años al buscar algo en Google los primeros 10 resultados serán sitios de ellos. O de “otros”, pero con publicidad de ellos (Blogger, por ej.)
Tranquilo. Saldran plugins para que los navegadores ignoren automáticamente los resultados patrocinados o trampeados por Google.
Además, mira, voy a usar mis poderes predictivos: auguro que la iniciativa quedará en nada cuando pase la novedad. No llegará a convertirse en un lugar de referencia como ha pasado con Wikipedia.