La yugoslava es una joven estudiante e investigadora platense de ese universo sin límites precisos que desde hace décadas llamamos “rock nacional”, de viaje en la primavera de los ’80 por sus orígenes personales (Yugoslavia) y por los orígenes del rock (Inglaterra).
La yugoslava también viaja por los contornos inciertos de una historia cuyas características la han ido transformando en mito: la obtención de la Copa Intercontinental por parte de un, hasta ese entonces, humilde equipo de barrio, Estudiantes de La Plata, trofeo arrancado a los inventores mismos del fútbol en su propia casa; el estadio Old Trafford del poderoso Manchester United.
La yugoslava es, finalmente, la protagonista de la novela homónima de Esteban López Brusa, escritor tan platense y pincharrata como el partenaire de la yugoslava, quien, mientras ella realiza su periplo europeo, escribe una crónica conmemorativa del vigésimo aniversario de aquella epopeya futbolística.
No recuerdo otra novela en la que el autor se haya dado todos los gustos, pero que al mismo tiempo resista la tentación demagógica del panfleto y o el relato fácil y costumbrista. Al contrario, la novela de López Brusa exige un lector atento y entrenado.
Todos los gustos significa todos los gustos: la épica pincha, la explosión ricotera, la historia de amor; me cuesta trabajo imaginar otro novelista que se atreva a incluir en su ficción algo semejante a la reescritura tribunera de la Caperujita albirroja y el Lobo Feroz, que es metafóricamente ultrajado por la niña mediante la exhibición del video de aquella final del año ’68.
(De hecho, nadie que no esté familiarizado con el folcklore futbolístico de La Plata entenderá el párrafo precedente: el Lobo representa a Gimnasia y Esgrima, el rival clásico de Estudiantes de La Plata, y ambos equipos tienen su estadio en el bosque de la ciudad).
Es la época de Un baión para el ojo idiota de Patricio Rey y sus redonditos de ricota, de los recitales de presentación del disco en el estadio Atenas de La Plata (recital del que recuerdo la caída de una columna de iluminación a causa de un fanático que había trepado a ella, forma larga e innecesaria de decir que estuve allí), del preludio de las grandes manifestaciones rockeras. Mirándose en el espejo del Estudiantes del ’68, la yugoslava pretende mojarles la oreja a los inventores del rock, en su propia casa, no ya con Zubeldía y la bruja Verón, sino con Skay y el indio Solari.
El libro tiene, a mi juicio, sólo dos posibles lectores: el platense pincharrata que descubrirá una referencia a su propia historia en cada capítulo (el bosque platense y el zoológico, aquella boa que escapó de su cautiverio, el recital de los redondos, el mito del Mariscal Tito alentando a Estudiantes en la tribuna de calle 1, el descubrimiento de un inesperado sentimiento pincha en Manuel Puig, la poesía “Porteño y de Estudiantes”, de Humberto Constantini, el repaso de aquella epopeya y hasta las canciones de la hinchada -ciertamente, López Brusa se ha dado todos los gustos), o el agnóstico del fútbol. Presumo que para un tripero puede ser ciertamente insoportable todo aquello que en similar medida nos reconforta a los pinchas (de hecho, quien por primera vez me recomendó el libro fue un tripero que suele regalarlo a sus amigos del bando contrario, pero confiesa no haber podido pasar del epígrafe). Más allá de pinchas y triperos, quien no participe de esta rivalidad no se encandilará con estos guiños que escribe López Brusa para aquél público pero por el mismo motivo percibirá con mayor nitidez otras historias presentes en la novela, otros hilos que van hilvanando el paso de las páginas y que sobreviven con éxito en una superficie tan platense y tan pincha.
Hechas estas salvedades, lo recomiendo vivamente. Editado por “El cuenco de plata”, no se consigue con facilidad, aunque me consta que no está agotado: debe insistirle a su librero amigo.
Hace tiempo lo vengo buscando.Si sabes de alguna libreria en La Plata ,Buenos Aires o donde sea,avisame por favor.
Un abrazo
Marcelo, me lo consiguió por encargo el librero de Cantilo y 4, de City Bell (Jorge, para más datos)
Marcelo, te paso la dirección de mi blog, por ahí lo podes conseguir http://clasificadosgratislaplata.blogspot.com, muy bueno el blog, muy buen contenido
hehehe, lopez brusa es mi profesor en el CNLP !!!!!
Esteban,uma historia do passado que guardo eternamente dentro de mim………..bjossss