Hace unos días escribí algo sobre la privacidad del email y hoy encuentro, via Denken Uber -a su vez, vía el New York Times– un estudio de Pew Internet que indica que el 60% de los internautas no tienen ninguna preocupación acerca de la privacidad en internet.
La nota original está enfocada a las dificultades que una inocente foto subida a un sitio público puede terminar acarreando en el ámbito laboral o de estudio. Así comienza el artículo del NYT:
Si Henry Ford volviera a la vida, estaría maravillado por Internet: la manera desinhibida en que muchas personas se expresan en la Web hace muy sencillo la tarea de supervisar la vida privada de los empleados.
Un dato curioso de este estudio es que parece ser que los adolescentes son mucho más cuidadosos y no suelen dejar sus perfiles privados a la vista de cualquiera, aunque sean usuarios muy activos de redes sociales (o, quizás, precisamente por eso).
Esta falta de preocupación también explica el éxito de algunos servicios. Cada tanto me llegan emails generados por amigos o conocidos solicitando datos personales que irán a quién sabe qué base de datos. Algunos, incluso, con mensajes naif del estilo “¡XXX te ha agregado a su lista de amigos… ¿Quieres ser amigo de XXX?”.
Para dejarlo claro de una vez por todas: que mande esos emails directamente a la papelera no indica que no sea tu amigo. Pero hazme un favor: si necesitas mis datos me los pides directamente, no me mandas a una empresa a pedirlos en tu nombre.