…conectadas a la máquina de ordeñe. Así imagina Microsoft a los trabajadores en un futuro cercano y es por eso que ha comenzado a tramitar las patentes de un dispositivo informático que “servirá para monitorear la productividad, la efectividad y el estado de salud de los empleados”.
El sistema funcionaría mediante sensores para monitorear “ritmo cardíaco, respuesta galvánica de la piel, señales cerebrales, frecuencia respiratoria, temperatura corporal, movimiento y expresión facial y también presión arterial”.
Ya ha acumulado serias críticas por lo que supone en términos de invasión a la privacidad de las personas, como la de Daniel Sabsay, conocido constitucionalista, que dice en cambio: “Este monitoreo constante no se compadece con la protección de datos de la vida íntima y la salud de una persona”.
Elemental. Sin embargo, también ha recogido alguna aislada opinión favorable, como la del especialista en recursos humanos Ariel Kievsky, de la Universidad de San Andrés: “Me parece interesante que también permita alertar cuándo un empleado se encuentra con riesgo cardíaco en una situación de estrés”.
Estimado Ariel, ¿no le parece más razonable y equilibrado ofrecer controles médico periódicos? ¿O garantizar ambientes de trabajo saludables? ¿O facilitar actividades físicas permanentes para los sedentarios? Es decir, tratar a los trabajadores como personas antes de pensar en cablearlos a su escritorio.
Creo que ya sé qué aspecto tendrá el moderno dispositivo:
http://www.irisfernandez.com.ar/eternauta.JPG
Cierto Iris, el gran Oesterheld ha previsto muchas de estas cosas…