Dos notas de opinión entre preocupantes y llamativas ocupan mi atención en esta lenta mañana de sábado:
Primera. en su habitual columna de Clarín, Oscar Raúl Cardoso señala una vez más lo que a esta altura debería ser obvio y son embargo, para los que deciden, no lo es: las políticas de seguridad que avanzan sobre la restriccion de derechos individuales sólo son eficaces para restringir esos derechos y, en menor medida, para justificar los fracasos de quienes las implementan.
La nota, que lleva de título: “A seis años del 11-S: más vigilancia, más inseguridad“, da cuenta de algunos de los efectos más nocivos de esta fallida percepción de la seguridad, entre ellos el dotar de poderes discrecionales a funcionarios gubernamentales para repartir culpas y sembrar sospechas, o el novedoso proyecto de Ley impulsado por la canciller alemana Angela Merkel, que entre otras cosas prevé invadir con troyanos computadoras ajenas para escudriñar desde las sombras del disco rígido las costumbres online de las personas.
Resulta tan miope esta concepción que si imaginamos esa política llevada a la exasperación, en el final del camino la mayor amenaza a la seguridad termina siendo la propia política de seguridad. Sí, se trata de un tema recurrente de este blog, pero que no puede dejar de preocupar a quienes valoran y defienden sus derechos.
Recomiendo enfáticamente la nota de Cardoso, especialmente su último apartado acerca de las detenciones preventivas. Las agresiones contra la privacidad, en esta era de intolerancia, han devenido también en una ola de racismo convertida en política pública en la Gran Democracia Americana.
Segundo. En el mismo Clarín viene un suplemento de notas seleccionadas del New York Times. En este tema de la seguridad, una muy interesante de Scott Shane: Nuevas redes oline para la comunidad de espías. Se trata del intento de los espías de no naufragar en Internet, y su intento de comprender y utilizar fenómenos como los blogs, las comunidades online y la Wikipedia.
En este último caso, es muy curioso notar que las agencias de seguridad tienen su propio software MediaWiki instalado en tres redes que se articulan en la Intellipedia, wiki corporativo con varias decenas de miles de artículos sobre cuestiones sensibles para las agencias de inteligencia norteamericanas.
Si bien, obviamente, no se trata de una enciclopedia, y mucho menos una fuente abierta de información, recoge las costumbres de edición de la propia Wikipedia, entre una comunidad cerrada pero no compartimentada como señalarían los hábitos tradicionales del mundo del recontraespionaje (Maxwell Smart dixit).
Curiosa forma en que algunos de los mejores hábitos del mundo libre llegan hasta los lugares más insospechados.