El 21 de febrero de este año, Estudiantes de La Plata fue el afortunado protagonista de un partido por la Copa Libertadores de América, en el que, luego de estar 0-3 abajo en el marcador contra el peruano Sporting Cristal, terminó 4-3 con un segundo tiempo que ratificó el espíritu copero del equipo pincharrata.
Al día siguiente de aquella noche épica, escribí, recordando un resultado similar en el año 1967 contra Platense que abrió la puerta a una carrera deportiva inigualable: “Si es el inicio de una nueva gesta, sólo el tiempo lo dirá”.
Pues bien, el tiempo ha comenzado a hablar: Estudiantes de La Plata se ha consagrado Campeón del Torneo Apertura de Primera División en un final de campeonato que será recordado largamente por propios y extraños.
Faltando sólo dos fechas para la finalización del campeonato, el poderoso Boca Juniors llevaba cuatro puntos de ventaja sobre su perseguidor, que infatigable, venía de recorrer una seguidilla record de diez triunfos consecutivos en su intento de dar caza al puntero. Pero Boca, inconmovible, seguía mirando a sus rivales desde arriba.
Cuando parecía que el pincha debía conformarse con una gran campaña, un hombre que calzó en Estudiantes como un traje a medida, el Cholo Simeone, arengó : “Aquél que no crea, que se quede en su casa”. A todos, menos a sus dirigidos encabezados por un jugador emblemático como Juan Sebastián Verón, y a los seguidores pincharratas, la frase les pareció mera pirotecnia demagógica.
Es que Boca no sólo llevaba 4 puntos cuando restaban apenas 6 en juego: además iba por su primer tricampeonato con una plantilla de estrellas que ya no recordaban lo que era perder.
Belgrano, un equipo cordobés alejado de las luces del centro, arruinó el primer festejo, pese a que Estudiantes perdió dos puntos en el último minuto de su partido con Argentinos Juniors, y en el partido final, mientras Boca perdía con Lanús en su propia cancha, Estudiantes lograba otro triunfo emocionante frente a Arsenal de Sarandí.
El obligado partido desempate, una final como hacía décadas no se veía en la Primera División del Fútbol Argentino, comenzó con gol de Boca, a manos de un ex-pincha -Martín Palermo- que jugó angustiado los noventa minutos, y terminó con goles del Príncipe José Sosa y del indestructible Mariano Pavone, para dar paso a una vuelta olímpica que mereció la emoción del pueblo pincha y el aplauso respetuoso de gran parte de la parcialidad boquense.
Los ciclos de Estudiantes se dan, parece ser, cada 20 años, o poco más. Primero fueron los dirigidos por Zubeldía, que desde 1967 a 1970 ganaron todo lo que jugaron, luego, entre 1982 y 1983, entre Bilardo y Manera superaron al propio Boca de Diego Maradona. Luego del campeonato obtenido el miércoles pasado, ya no dudo ni apelo a esa excusa pusilánime de esperar el veredicto del tiempo: amigos futbolistas, comienza una nueva gesta albirroja, un tiempo de fiesta para los que llevamos esa camiseta.
lo hecho por Estudiantes en el 2006 es impresionante. Tiene además la emoción de haber derrotado no solo a equipos de futbol, sino también a la mediocridad de quienes no pudiendo salir campeones ni mucho menos , apaleaban a evitar que Estudiantes lo fuese, y llegaron a dar la imágen más lamentable de una institución con una historia muy pobre en término de logros deportivos.Sin embargo el pincha se sobrepuso.Y si, quizás todo haya empezado con aquella noche frente al Crystal: y si hubiésemeos tenido antes a la bruja y a Andujar ?? y si Carrusca no hubiése sido tan displicente en Brasil ???
de todas formas como dijo el bambino Veira = éste equipo EMOCIONA verlo jugar.
lO MEJOR para el 2007.