El fin de semana pasado, la Ciudad de Buenos Aires desplegó una campaña publicitaria, auspiciada por el Gobierno de la Ciudad, para insistir en la implementación del voto electrónico.
Cada vez que hay una nueva avanzada sobre este tema uno se pregunta, una vez más, qué aportan estas iniciativas a la democracia, como no sea la prosperidad de los proveedores de los equipos. Leito Monk hizo un resumen de la jornada, en el que se manifiestan los problemas de siempre acerca de los sistemas electrónicos de votación.
Pero además de la campaña del fin de semana, ayer hubo elecciones en EEUU, y la experiencia del e-voto, una vez más, fue frustrante, al punto que en muchos puntos de votación se debió recurrir, de emergencia, al viejo y buen sistema de boletas de papel y urna de cartón.
En efecto, como muchos medios de prensa lo reflejan, el tiempo que la votación requería a cada votante, complicaciones con el software, problemas técnicos con las máquinas, etc., obligaron a posponer los horarios en muchos casos e incluso, a organizar votaciones “antiguas” en otros.
Es decir, a los cuestionamientos más serios que tienen que ver con la seguridad, el secreto y la posibilidad de control ciudadano del voto electrónico, se agrega el derrumbe de los argumentos más marketineros y publicitados: no, señor, el voto electrónico no es ni más rápido ni más cómodo, si su plan era evitar largas colas el día de la votación exiga que se destine más recursos (más mesas de votación, autoridades más capacitadas, menos votantes por mesa), en lugar de sumarse al canto de sirenas de las soluciones mágicas.
En torno a estas campañas comienza a ser preocupante la trivialización del voto, herramienta fundante de la democracia. El voto no es un trámite burocrático más, molesto como pocos porque interrumpe la holgazanería del domingo. Es lo que nos otorga condición de ciudadanos, y en ese sentido, un derecho cuyo ejercicio requiere de las máximas garantías.
Gracias
A mí me preocupa que haya periodistas con más o menos buena reputación que también lo pidan a gritos. Hace una o dos semanas estaba viendo en TN a Morales Solá hacerlo, y lo hacía como si la implantación del voto electrónico tuviese razones obvias.
La verdad es que antes de escribir deberian investigar y luego de eso se darian cuenta que hablar de e-voto no es lo mimo que voto electrónico. Deberian comenzar por ahí antes de criticar algo que ni siquieran conocen.
De nada, Leo.
Es cierto, Barcex, la opción por el voto electrónico ha logrado instalarse como “de sentido común”. Es un detalle inquietante.
Es probable que no haya entendido nada, Maximiliano. Quizás me podrías explicar de qué se tratan esas diferencias que no logro ver.
El “experto” en estos temas que pones en discusión sos vos no Maximiliano, así que sos vos el deberia exponer la diferencia entre uno y otro. La verdad es que el fácil recibir alagos, pero resulta poco aceptado recibir criticas contructivas como las del otro lector. En lugar de ponerte a la defensiva deberias responder con mayor empeño.
1º baja un cambio.
2º Diferencia: para el acto de votar y la tarea de contabilizar votos, resulta util señalarte la diferencia entre voto digital y voto electrónico. Mientras el primero reconoce la posibilidad de votar utilizando internet, el segundo se efectua a traves de maquinas y progamas que no estan conectados a la red de redes.
3º no conozco a Juan pero comparto sus lineas.
Maximiliano, yo no conozco la diferencia entre voto digital y voto electrónico. Lo que he podido encontrar en la literatura especializada es distintas variantes que se pueden agrupar en tres grupos:
1. Sistemas electrónicos de contabilización de votos (el voto se confecciona manual o mecánicamente en papel y se cuenta mediante dispositivos electrónicos).
2. Sistema de emisión y registro directo del voto (que son las que se publicitan en Argentina, donde el voto debe emitirse por medio de un dispositivo digital).
3. Sistemas de votación por internet.
Todos estos sistemas se encuadran bajo el título genérico de e-voto o voto electrónico.
Aún así, para evitar toda confusión, aclaro que en el artículo me refiero específicamente a los sistemas que puse en el punto 2. que son los que se quieren implementar en nuestro país.
Gracias por los comentarios.
Mas alla de las disquiciciones, muy interesantes sobre las diferencias entre voto digital y voto electronico, y tambien de la compartida opinión de que sería interesante modernizar el sistema electoral para darle mayor celeridad a la votacion y al resultado (Brasil tardo la mitad de tiempo que Misiones, el mismo dia y casi a la misma hora, para saber el resultado de su eleccion presidencial), en nuestro pais (y en el mundo) para saber algo, como dicen los investigadores, siempre hay que seguir la ruta del dinero.
Uno de los nombres magicos se llama INDRA, hay otros, que desde Corach, en adelante han beneficiado permanentemente con muy bellos viajes a presenciar elecciones a distintos lugares del mundo a una amplia gama de funcionarios y legisladores de nuestro pais para presenciar como se vota en la modernidad.
Las razones por las cuales todavia no se ha realizado una adquisicion tan ventajosa para la democracia Argentina, esta en la permanente desconfianza de los muchachos de cambiar un sistema en el que siempre les ha ido muy bien y no sea que por armar Kiosquito se nos venga abajo todo el shoping.
Marcelo Miro