Ya nos hemos aventurado en estas páginas en el tema del voto electrónico. En aquella oportunidad, para argumentar contra esa cuestión marketinera del voto seguro-rápido-cómodo-moderno-y-elegante, que le encanta a la prensa y que había motivado una nota editorial de un periódico local cuyo título era: “El voto electrónico y una opción por la transparencia que debería acelerarse”.
Esa pretendida opción por la transparencia deberia revisar sus postulados debido a recientes investigaciones acerca de la máquina de votación Diebold AccuVote TS, de extendido uso en las elecciones norteamericanas. El resumen exacto lo expresa la imagen que corona esta nota (tomada del blog de Enrique Dans), que termina con la frase “Usted no cuenta porque nosotros no contamos”.
Las investigaciones en cuestión han sido realizadas por un equipo de académicos de la Universidad de Princeton y el resultado es un artículo que lleva por título “Security Analysis of the Diebold AccuVote-TS Voting Machine” -pdf, en inglés- (“Análisis de seguridad de la máquina de votación Diebold AccuVote-TS”). Hace unos días encontré la referencia en el blog de Enrique Dans y hace un rato también he visto repercusiones en Kriptópolis y en el blog de Beatriz Busaniche.
El estudio en cuestión señala cuatro graves fallas diferentes:
- Existe software malicioso que puede modificar o eliminar los datos, registros y contadores sin dejar evidencias para ulteriores auditorías.
- Cualquier persona con acceso físico a las máquinas o a las tarjetas de memoria puede instalar ese software malicioso en una sencilla operación que demora menos de un minuto. Destaca el estudio que los trabajadores vinculados a la elección tienen acceso no supervisado a las máquinas.
- Las máquinas son susceptibles a virus que difundan ese software malicioso de máquina en máquina sin necesidad de intervención humana en forma previa, durante y posterior a la actividad normal de votación.
- Algunos de estos problemas pueden resolverse mejorando los programas de las máquinas de votación, pero otros son inherentes al hardware de las mismas y no pueden ser solucionados por esta vía.
En nuestro país, y más precisamente en mi provincia (Buenos Aires), seguimos sin embargo cabalgando en la fantasía de que la tecnología resuelve los problemas de la democracia, y es posible encontrar este tipo de citas en textos oficiales:
“Voto electrónico: (en la provincia de Buenos Aires aún se hacen pruebas piloto) se trata de un sistema que permite realizar la votación a través de la Red Virtual. Tienen la enorme ventaja de tener bajo costo, rapidez en la obtención de los resultados, seguridad, transparencia en el proceso electoral y la eliminación de la posibilidad de fraude”.
Y no se trata de cualquier publicación: son los textos escolares obligatorios para los niños y jóvenes que cursan el último ciclo de la EGB (o lo que se llama ahora la Escuela Secundaria Básica, esto es, chicos de doce a quince años). Si alguien no lo cree, aquí están los datos del libro:
ISSN 1669-9211
Tecnología de la Información y la Comunicación
Cuaderno de Trabajo Nro 8
Direccion General de Cultura y Educacion.
Gobierno de la Provincia de Buenos Aires, Marzo de 2006.
Aunque después de todo, sólo se trata de seguir los pasos de la gran democracia americana.
Nota: la imagen del post pertenece a Dave Ward, quien la ha puesto a disposición de todos los sitios web que deseen utilizarla.
Al final no sé qué se hizo, pero por un proyecto en el que empecé a participar tuve la posibilidad de acceder a un poco de la documentación sobre la maquinita de UNISYS que se usó en Brasil y que se pretendía (no sé si se logró al final) usar en la Provincia de Buenos Aires en 2003.
La cuestión es que la introducción de “la maquinita” era toda una cuestión política forzada. Ver la arquitectura de la misma y sólo leer la experiencia brasilera (buscar el documento “fraude electrónico”) daban pie para que cualquiera con mínimos conocimientos de informática se diera cuenta de que el sistema hacía agua por todos lados.
Al final, creo recordar que el gobierno provincial consiguió un papel de una “universidad” que decía haberla auditado y daba supuestas garantías. Lo cierto es que corría en los pasillos el rumor de que sólo había sido un acuerdo político.
En este caso, para resumir, “la maquinita” evitaba el fraude en la mesa, pero concentraba todo el poder de fraude en quien contaba los votos, facilitando así el fraude general.
Sí, la maquinita brasilera era directamente una burla. Recuerdo un planteo muy aislado que señalaba que se abría la puerta a la posibilidad de fraude masivo, pero en general, casi todo el mundo político estaba entusiasmado con haber descubierto un nuevo eje de “la reforma y la transparencia política”.
A todo esto: la ley provincial que abría la puerta a esas (u otras maquinitas) sigue vigente).
Hola Estoy en Ushuaia a 3 meses de otra eleccion de Intendente y concejales con el voto electronico, solicito la mayor informacion posible por que estoy seguro que nos van a seguir engañando con el verso de la tranparencia y todo eso, y casualmente siempre gana el mismo candidato las maquinas que traen son de una empresa española llamada INDRA, y no tenemos forma de chequear el sofware como hacemos? espero su ayuda saludos Carlos Ushuaia
Muy buen artículo! Y es tal cual lo pregona el título del artículo. Para el lector, una mirada objetiva de una empresa del rubro: https://smartmatic.info/