Vía Microsiervos llegué a un artículo de un interesante blog en inglés que trata un tema habitual para cualquier contemporáneo: cómo es el trato antes y después de que una empresa logra venderte sus productos. La síntesis está en esta ilustrativa comparación:
Recordé vagamente que hace tiempo se estimaba que el 70% de los recursos de publicidad de las empresas se destinaban a mantener satisfechos a los propios clientes y sólo el 30% se invertía en la búsqueda de nuevos consumidores. Algo de eso debe haber cambiado, porque mientras compartía la afirmación de que los manuales de usuario deberían ser realizados por el departamento de marketing, un amigo estaba intentando leer la instrucciones para usar su nuevo reproductor MP3, tarea imposible sin lupa y buena iluminación.
Es que en muchos casos, más que clientes, parecemos incautos que pisamos una trampa cazabobos. Porque el destrato no sólo se refiere a cuestiones como los manuales de uso, sino también al precio. De eso habla un comentario que un usuario indignado dejó hoy en un viejo post, donde destaca que todos los meses aparecen nuevas ofertas para usuarios novatos de servicios de conexión a internet, que ofrecen el servicio a precios varias veces menor que lo que pagamos los viejos usuarios. Y uno no puede evitar sentirse un poco tonto.
La traducción de la imagen es de Microsiervos