Como todos sabemos, la teoría de la evolución formulada originalmente por Charles Darwin, es una aproximación científica al proceso de transformación y diferenciación de las especies. Cuando fue presentada tuvo numerosas críticas de sectores religiosos ultraconservadores que temían que la teoría de la evolución demostrara la falsedad de las enseñanzas bíblicas conocidas como “creacionismo”.
Por supuesto que, con el tiempo, lo que se fue demostrando es la falta de contradicción entre una y otra, porque no hay posibilidad de comparar una teoría científica con un acto de fe religiosa. Muchos científicos comparten su fe religiosa con sus convicciones científicas sin dificultad, y muchos religiosos han recorrido el camino inverso sin que sus creencias sufrieran mella alguna, comprendiendo que la ciencia es una mejor herramienta a la hora de interpretar hechos y que los textos sagrados, si son utilizados para realizar predicciones fácticas, se convierten en mera superstición.
Este debate tenía sentido en el año 1859, cuando Darwin publicó su teoría, pero no hoy, décadas después de ser aceptada incluso por la conservadora Iglesia Católica y fortalecida por las recientes investigaciones genéticas. Sin embargo, hay más noticias para este boletín. Religiosos ultraconservadores de Estados Unidos han contribuido a desarrollar una teoría llamada “diseño inteligente”, que intenta cubrir al creacionismo de una pátina de seriedad científica. El diseño inteligente integra ese amplio espectro de creencias supersticiosas llamadas pseudociencias ya que sus afirmaciones no pueden ser reproducidas exprimentalmente. Sin embargo, en los Estados Unidos hay una fuerte presión legislativa para que en todos los niveles de la educación se enseñen las teorías de la evolución y del diseño inteligente al mismo nivel, como dos aproximaciones igualmente válidas al problema del origen de la vida y la evolución de las especies.
“Claro”, estarás pensando, “grupos minoritarios ultra religiosos, que intentan expandir sus delirios místicos al resto de la sociedad”. Error: es el presidente Bush el que intenta difundir su ignorancia con la misma convicción que cuando define qué es el bien y qué es el mal, y bombardea poblaciones civiles en consecuencia.
El mismo Bush que se horroriza ante otras supersticiones quiere evitar que los ciudadanos de su país tengan los instrumentos intelectuales necesarios para no caer en fanatismos fundamentalistas.
Podemos agregar unas ideas para el bueno de Bush y su cruzada contra la ciencia:
- No más enseñanza de química: la alquimia es al menos tan buena y si encontramos la fórmula de la piedra filosofal tenemos la promesa de llenarnos de oro.
- No más historia: con los sermones del sacerdote se transmite todo lo que hay que saber.
- No más física ni biología, salvo para los que trabajen en el desarrollo de armas para el Pentágono. Quienes no estén abocados a tan santa tarea no necesitan saber más que lo que está en la Biblia y por lo demás las cosas caen para abajo, nadie necesita de la ciencia para saberlo.
- No más geografía. La Tierra es plana y está sostenida por tortugas gigantes.
- El único Big Bang que merece la pena enseñarse es el de las bombas buenas cayendo sobre malos e infieles.
Buenísimo. Una caracterización estupenda del genocida, fanático e ignorante Bush. Pero, sobre todo, una satírica denuncia del irracionalismo actual. Tal como me lo comentó el ilustre Mario Bunge, cada vez que se da un avance significativo de la Ilustración, emergen supersticiones de las mas variadas. Ahora asistimos al llamado diseño inteligente.
En realidad creo que la ignorancia es una enorme fuente de contradicciones, siempre habra quien este en contra, loimportante de todo es demostrarlo y la ciencia tiene un metodo de comprovacion los demas comentarios podrian ser relativos… muy bueno
En realidad, la ignorancia es uno de los factores que conduce a la propagación de las religiones, las que no son mas que milenarias, persistentes y poderosas supersticiones. Es realmente difícil comprender que en la era de la Ciencia y la Tecnología, esas creencias irracionales persistan.